Psicoblogueando

Blog sobre psicología y psicoterapia.

Amaxofobia

¿Qué es la amaxofobia? ¿Cuáles son sus causas? ¿En qué consiste el tratamiento? En el siguiente vídeo lo explicamos:
La piedra en el camino
 
 El distraído tropezó con ella
El violento la utilizó como proyectil
El emprendedor, construyó con ella
El campesino, cansado, la utilizó de asiento
Para los niños, fue un juguete
 David, mató a Goliat
Y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre.
No existe “piedra” en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento
 
Anónimo

Televisión


En la Tv Canaria hablamos sobre el autismo, en qué consiste y cuáles son sus características (minuto 17:12).

Autismo

El 2 de abril se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, con el lema: "Pinta de azul tu corazón", una campaña que podemos apoyar con gestos tan simples como vestir una prenda de color azul o decorar nuestras ventanas y balcones con globos azules.
El autismo es un síndrome que forma parte de los TEA (Trastornos de espectro autista), sus síntomas suelen manifestarse durante los 3 primeros años de edad y se mantendrán a lo largo de toda la vida.
Se desconocen las causas que lo originan pero parece estar ligado a un componente bioneurológico y en ningún caso se asocia a los hábitos o educación proporcionados por los padres.
Se considera que una persona tiene autismo cuando presenta un déficit fundamentalmente en 3 áreas:
1) Área social: Caracterizada por dificultades para relacionarse con los demás, tendencia a aislarse, no interesarse por lo que les rodea, son niños que no miran a los ojos y que no responden cuando se les llama por su nombre.
2) Área del lenguaje: Uno de los signos más tempranos de aparición de autismo suele ser la ausencia de comunicación no verbal: no se expresan mediante gestos, no señalan los objetos, no mueven la cabeza para decir "sí" o "no". El lenguaje oral no se ve siempre afectado, pero cuando aparece es escaso, monótono, incoherente y son frecuentes las ecolalias (repeticiones continuadas de sonidos o palabras).
3) Área motora: Este área aparte de los comportamientos motores también comprende los intereses.
La mayoría se caracterizan por comportamientos repetitivos, estereotipados y restringidos, es decir, realizan conductas de manera repetitiva sin una función aparente (balanceos, aleteo de manos, dar vueltas sobre sí mismos...) Este estilo repetitivo también se aprecia en el juego, ya que muestran una preferencia por alinear los juguetes en hileras, y no juegan con juegos variados ni simbólicos.
Presentan una excesiva fijación a las rutinas (ir al colegio por la misma ruta, comer las mismas comidas) y una fuerte resistencia al cambio (mover un objeto de lugar, incluir en la dieta un alimento nuevo).
Habitualmente, siempre que se menciona el término autismo lo asociamos a la imagen de una niño, pero ¿qué pasa cuando ese niño crece y se convierte en adulto? Que va a seguir necesitando una estimulación permanente, por lo que es muy importante la labor que realizan muchos centros de día y asociaciones para que estas personas puedan seguir desarrollando destrezas sociales, potenciando su lenguaje y fomentando aquellas conductas deseables.
Cuando los padres y familiares sospechan que el niño puede presentar este síndrome, se recomienda que acudan a un profesional especializado o a las asociaciones de padres de niños autistas, donde les ofrecerán información, asesoramiento y apoyo social.

El principio 90/10

Stephen Covey,  conocido como una de las principales autoridades en gestión del tiempo y en liderazgo y autor del best-seller "Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas" es el creador del principio 90/10.
Se trata de una fórmula casi matemática, cuyo teorema se resume en la siguente ecuación: " El 10% de la vida está relacionado con lo que nos pasa y que no podemos controlar. El restante 90%  está determinado por la forma en que reaccionamos a eso que nos sucede." En otras palabras: no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede (por ejemplo, que nos sorprenda una tormenta o que el avión se retrase), pero el 90% restante sólo lo determinamos nosotros, ¿cómo? con nuestra reacción, y eso es algo que sí podemos controlar. No podemos controlar el semáforo en rojo, pero sí podemos controlar cómo reaccionar ante este hecho.
Veamos un ejemplo: Imagina que estás desayunando con tu familia  y tu hija tira una taza de café que mancha tu camisa. No tienes control sobre este hecho porque forma parte de ese 10% que no puedes preveer ni controlar. Sigamos, lo que sucede a continuación está determinado por tu reacción. En ese momento te enfureces y regañas a tu hija por haberte tirado el café encima, y ella empieza a llorar. Después te diriges a tu mujer y la criticas por haber colocado la taza en la orilla de la mesa. Vociferando, vas a cambiarte de camisa y al regresar a la cocina tu hija continúa llorando, no ha terminado de desayunar y pierde la guagua que la lleva al colegio. Así que coges el coche para llevarla a la escuela, pero debido a que vas con retraso y no quieres llegar tarde al trabajo, excedes el límite de velocidad de la vía. Después de 20 minutos y con el extra de una multa de tráfico y algunos puntos menos en el carnet de conducir, llegas al colegio. Sigues maldiciendo tu suerte y tu hija se baja del coche y se va sin decirte adiós. Al llegar a tu trabajo tardas más de media hora en encontrar aparcamiento, y al subir a la oficina te das cuenta de que se te ha olvidado el maletín con la documentación que te habías comprometido a llevar. El día ha empezado mal y pensarás por qué tienes tan mala suerte. Estás deseando volver a casa, y cuando lo haces observas un distanciamiento con tu mujer y con tu hija.
Y sí, en ese 90% de tu vida sí que hubieras podido controlar la situación con una distinta y positiva reacción y no lo has hecho.
¿Qué hizo que tuvieras un mal día?: ¿El episodio del café? ¿Tu hija lo causó? ¿El policía tuvo la culpa? ¿Fue tu actitud la causante? Obviamente, la respuesta es tu actitud.
Ciertamente, tú no tenías control sobre lo que pasó con el café, fue la forma en cómo reaccionaste esos 5 segundos lo que determinó el rumbo de tu mal día.


Cuando afrontamos alguna dificultad ¿de qué sirve amargarse? Si alguien te perjudica o hace comentarios negativos sobre ti, no dejes que te afecte. Adopta una actitud positiva y verás las soluciones.
Ten presente esto cuando en ese 10% de tu vida surja algo negativo, no te lo tomes a mal, deja que seas tú el que controle la situación reaccionando apropiadamente ante cualquier eventualidad y seguro que dominas a la perfección el 90 % de tu vida.
¿Cómo reaccionar ante un atasco? ¿Te enfadas? ¿Golpeas el volante? ¿Te sube la tensión? ¿A quién le preocupa que llegues 10 segundos tarde al trabajo? ¿Por qué dejar que el tráfico te arruine el viaje? ¿Por qué estresarte?
La reacción que parte de ese 10% que está fuera de nuestro alcance y albedrío, es lo que fabrica todo nuestro día, nuestra vida. Merece la pena reflexionar sobre ello.

Las mujeres que aman demasiado

"Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con "él...", estamos amando demasiado.

Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su psicoterapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando leemos un libro de autoayuda y subrayamos todos los pasajes que lo ayudarían a él, estamos amando demasiado.

Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.

Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, quizá, nuestra salud e integridad física, sin duda estamos amando demasiado."
 
Este es el prólogo del best-seller de Robin Norwood, "Las mujeres que aman demasiado" aunque no es exclusivo para mujeres, ya que también exiten hombres que aman demasiado, y este libro está igualmente indicado para ellos.
 
Nuestra cultura otorga una visión romántica al sufrimiento por amor y a la adicción a una relación, podemos verlo y escucharlo cada día en canciones, literatura y en telenovelas.
 
Amar demasiado no sifnifica amar a demasiadas personas, ni enamorarse con demasiada frecuencia, ni sentir un amor genuino demasiado profundo por otro ser. En verdad, significa obsesionarse con una persona y llamar a esa obsesión "amor", permitiendo que esta controle nuestras emociones y gran parte de nuestra conducta y, si bien comprendemos que ejerce una influencia negativa sobre nuestra salud y nuestro bienestar, nos sentimos incapaces de librarnos de ella. Significa medir nuestro amor por la profundidad de nuestro tormento.
 
¿Qué hacer en estos casos?
 
Lo primero es darse cuenta de que se tiene este problema, ya que en estos casos, la negación es una práctica habitual. El segundo paso consiste en buscar ayuda, preferiblemente un psicoterapeuta, con el que poder trabajar los sentimientos, pensamientos y experiencias que han derivado en esta forma de entender el amor. Por último, adquirir el compromiso de que recuperarse será una prioridad en su vida, y ser consciente de que será un proceso largo y que conlleva mucho esfuerzo.
 
La verdadera aceptación de una persona tal como es, sin tratar de cambiarla mediante la manipulación o la coacción, es una forma muy elevada del amor y, para la mayoría de nosotros, resulta muy difícil de practicar. En el fondo de todos nuestros esfuerzos para cambiar a alguien hay un motivo básicamente egoísta, una creencia de que a través de ese cambio seremos felices. No hay nada malo en desear ser felices, pero colocar la fuente de esa felicidad fuera de nosotros mismos, en las manos de otra persona, significa que evitamos nuestra capacidad y nuestra responsabilidad de modificar nuestra propia vida para bien.
 


El efecto Mozart

La música como un remedio terapéutico no es nada nuevo, hace años que se vienen estudiando y analizando los poderes curativos de los sonidos melódicos.
Mozart fue un gran músico, compositor y concertista…y además fue el primero en introducir el término “musicoterapia” ya que sus piezas musicales son medicinales, tanto para el cuerpo como para el espíritu, lo que hoy en día se conoce como “El efecto Mozart”
En 1993, el neurobiólogo Gordon Shaw de la universidad de California (EEUU) llevó a cabo una investigación para confirmar su hipótesis de que los patrones musicales podrían estimular el cerebro y desencadenar la actividad de un conjunto de células nerviosas. En concreto, que la música mozartiana ejerce una labor a nivel inconsciente que favorece el progreso de la creatividad en el lado derecho del cerebro, al que se le relaciona con el razonamiento espacio-temporal.
Para ello seleccionó 36 estudiantes universitarios y los dividió en 3 grupos. El primer grupo escuchó durante 15 minutos la Sonata para dos pianos en re mayor (K448) de Mozart, el segundo grupo escuchó el mismo tiempo una cinta de relajación y el tercer grupo estuvo en silencio durante15 minutos. Inmediatamente después los estudiantes realizaron un test para evaluar su razonamiento espacio-temporal. Las puntuaciones resultaron ser de 8 a 9 puntos superiores en aquel grupo que había escuchado a Mozart, frente al resto de los grupos experimentales.
En EEUU se realizó otro estudio en el que un grupo de niños que sufrían ataques epilépticos, tras escuchar trozos de dicha sonata (K448) disminuyeron las posibilidades de sufrir estos ataques. Las zonas afectadas parecían reaccionar a la música de Mozart.
Se calcula que escuchar 10 minutos de las melodías de este compositor es suficiente para que ejerza su efecto terapéutico en personas, animales o plantas. No todas las piezas musicales del austriaco tienen el mismo efecto, y parece que actúan de forma directa en ciertas zonas de nuestro cerebro para conseguir estados de bienestar, pero cada composición parece ejercer su influjo sobre dolencias concretas, como veremos a continuación.
La pequeña serenata nocturna; también conocida como "Serenata Nº13 en sol mayor", disminuye la hipertensión.
- La sinfonía nº 36 , combate la ansiedad. En esta pieza se pueden apreciar cambios de ritmo muy notables y necesarios para el tratamiento de la ansiedad.
- La marcha turca es indicada para la esclerosis y la colitis.
- La obertura de la flauta mágica mejora los efectos y dolores de las embolias, el enfisema pulmonar, la menopausia, los problemas de ovarios, los eccemas y los problemas de piel en general.
- La sinfonía nº 41, también llamada "Júpiter", según los análisis de los científicos, las vibraciones de esta composición tienen efectos positivos en los problemas de hígado, de páncreas y en el lumbago.
La acción de la música es una eficaz terapia que actúa sobre el sistema nervioso y en las crisis emocionales, aumentando o disminuyendo las secreciones glandulares, y activando o inhibiendo la circulación de la sangre y por tanto, regulando la tensión arterial.
Sin embargo, ¿por qué estos efectos curativos se aprecian más notablemente en la música de Mozart y no en la música clásica en general?
Los estudiosos señalan dos motivos fundamentales:
1) La juventud que tenía Mozart cuando escribió sus primeras obras, le imprimió una estructura a su música muy vivaracha y especial.
2) Mozart tuvo una vida prenatal excepcional, ya que fue un niño muy deseado. Además, tuvo un entorno familiar y musical impresionante y era un niño que había nacido con sobredotación de cualidades para ser un buen compositor. Todo esto le facilitó crear una música que es perfecta para el equilibrio humano.
Como anécdota, cabe señalar que el actor Depardieu asegura que Mozart curó la tartamudez de su hijo, al escuchar éste determinadas partituras. Y es que la música es lenguaje y por tanto, ordena el lenguaje.
Podríamos concluir que la música de Mozart pone orden en nuestro organismo y armoniza nuestro cuerpo con el espíritu. Quizás fue esta magia de su música lo que le evitó morir en su infancia de las múltiples enfermedades que padeció y lo que le dotó de una energía sobrehumana para seguir componiendo aún moribundo.